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13.3.13

Bakhita


Unos pocos pelos rizados decoran la cabeza de Bakhita. 

Chiquita, muy chiquita nació y así sigue siendo. Piernas largas y pies grandes contrastan con su cuerpo escondido en un vestido al que le sobran volantes y lunares. Ojos negros miran atentos y sonríen a cuidadoras y hermanas misioneras de la caridad que le regalan abrazos y complicidad. Bakhita tiene estrella.

A través de los barrotes de una cuna que es su hogar la ves dormirse con el pulgar en la boca y sus enormes pestañas rindiéndose al sueño. De este modo, entre risas y llantos compartidos, descansa en ese oasis en medio del slam de Huruma donde la acogieron.

Princesa de un cuento con final aún abierto mueve las manos en busca de una cara que agarrar, un pelo del que tirar o un cuello en el que protegerse. Tan sólo dos pequeños dientes se asoman en su boca y no anda a pesar de haber cumplido un año desde que las hermanas la conocieron. Bakhita va despacio.


Sólo Dios sabe porque algunos cisnes, al principio, son patitos.
(NOTA: No puedo subir fotos de Bakhita pero mejor porque así dejáis trabajar a vuestra imaginación ;))) De todas formas, como sé que os gustan mucho he puesto una del Hogar en el que vive y la otra del camino hacia el slam, no es muy buena  porque la hice con el coche en movimiento pero creo que ilustra el lugar...)

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