Caroline trabaja en el Salón del barrio. Es alta y tiene la
cara de rasgos afilados. No anda, corre a todas partes arrastrando sus
sandalias. Siempre despistada, encuentra los rulos en medio de un desorden que
sólo ella entiende y se entretiene con un pequeño televisor que le hace de
fondo musical. Mientras, peina a
jóvenes, mayores y niñas que se quedan dormidas en sus rodillas mientras termina
de enredar su pelo en pequeñas trenzas.
La primera vez que me acerqué al salón estaba embarazada de
ti. Era un sitio bastante cutre, lo sigue siendo, que a veces olía a comida y
donde matojos de pelo artificial asomaban por viejos cajones blancos…pero poco
me importó.
A pesar del aspecto poco agradable del lugar por alguna
extraña razon me sentí en casa alli. Keniana, europea, africana…yo misma.
Escucho a Carol hablar en Swahili, observo cómo mueve sus dedos rápidamente
entre mechón y mechón de pelo negro…es otro universo…pero me gusta.
Hace poco regresé. Después de haberte tenido me había vuelto
un poco más sibarita o quiza había olvidado lo que se siente… Apoyada en un
lavacabezas viejo azul pitufo, debajo de una rama de buganvilla, mientras veía
a Caroline ir y venir a por jarras de agua caliente para aclarar mi pelo
musungu…Miré hacia arriba y lo entendí…Carol tiene la única peluqueria del
mundo con vistas al cielo.
(P.D. Siento el retraso en publicar y la ausencia de fotos, pero Nairobi es una ciudad complicada y conseguir los recursos gráficos no siempre es sencillo... en cualquier caso, en cuanto pueda os mostraré la cara de Caroline!)
Genial!
ResponderEliminar