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3.6.13

Una historia de golf


Nixon tiene veintitantos y trabaja como cady en Golf Park. Por menos de cuatro euros carga tus palos, te prepara la madera perfecta y exclama "Good swing". Respetuoso con sus jugadores y con vista de halcón localiza bolas ya perdidas entre maleza, tierra y agua.

Paciente, observa cómo otros disfrutan mientras él sueña entre tis que se rompen, el sonido del palo al chocar con el viento o la hierba que deja olor en sus zapatos. Para Nixon hay más.

Con 7 años fue a parar a un campo de prácticas. Allí un profesor les enseñó a él y a unos cuantos más la magia del golf. Tras un tiempo, aquel alumno aventajado se presentó a un torneo en el que acabó primero. Fue entonces cuando el gusanillo por el "hole in one" vio la luz. 

No obstante, sabe que su tiempo no ha llegado. Tan sólo su handicap 7 y unos 600 euros podrían dar el golpe perfecto a su vida.

De momento, se conforma con jugar los lunes, el día de los cadys. Con una mezcla de pasión y avidez recorre los hoyos en búsqueda de un swing que le descubra algo nuevo. Al llegar las seis, ese sueño verde y blanco queda en standby hasta la próxima semana. Cansado, arrastra los pies llenos de ampollas y se mueve con la espalda arqueada. Nixon lo sabe. Nadie hace de cady del cady.











1 comentario:

  1. Me fascina tus descripciones y fotografias, haces enamorarse. De África y su cultura

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